Una pregunta que lleva varios años en mi cabeza; ¿Por qué la programación de la televisión mexicana acaba meramente a la medianoche? ¿Por qué países como Argentina, Corea del Sur, e incluso España, siendo países con menor población que México emiten programas que van más allá de la medianoche? ¿Por qué en vez de emitir repeticiones de algunos de sus programas —como generalmente se hace— emiten infomerciales que van desde almohadas premium hasta aparatos de ejercicios? ¿Por qué algunos de los canales de noticias nacionales, que según son de 24 horas, no lo son y cometen el mismo error que las grandes cadenas nacionales de pasar infomerciales durante la madrugada?
El mundo cambia, las sociedades y los horarios cambian. Cuando Luis de Llano Palmer elaboró la programación de Telesistema Mexicano —hoy Televisa— durante los años setenta y ochenta era un mundo distinto, un México distinto. Hoy tenemos una infinidad de canales de televisión a través de la televisión de paga, plataformas en línea —Youtube, Facebook Live— y sistemas OTT —Netflix, Amazon Prime, Blim—. Además, diversos especialistas del sueño han observado que la sociedad tiende a dormir menos, pero a trasnochar o madrugar más por innumerables factores: trabajo, escuela, hábitos personales.
¿Por qué detesto el orden de programación televisiva mexicana?; porque se quedó corta a los tiempos modernos; y sobre todo, al tiempo de los mexicanos. Ya no es compatible con los diversos modos de vida de los 125 millones de mexicanos; no todos se levantan a las 6:00 de la mañana y no todos duermen a media noche. La hora de la comida es completamente indistinta; dejó de ser tradicionalmente a las 2:00 de la tarde. Gran parte de la sociedad mexicana ya no opta por recrearse en fin de semana; o trabaja o está completamente en casa buscando algún entretenimiento.
A las 5:00 de la mañana; gran parte de la población mexicana ya está levantada para ir a trabajar o estudiar; sin embargo, hasta las 6:00 empiezan formalmente los noticiarios. Desde ahí se pierde una parte del público que quiere ver televisión a esa hora. Salvo excepciones, a esa hora siguen habiendo infomerciales, cortos de RTC y alguna repetición de un programa viejo a esa hora; o peor aún, hasta las 7:00 comienza a emitir.
Los noticiarios estelares en México son programados para matar un Prime Time moderno. En la mayoría del mundo empiezan los noticiarios entre las 19:00 y las 21:00, como previo al Prime Time; en México empiezan a las 22:30. Una hora en quienes madrugan deben dormir para las actividades del día siguiente —México es el país con más horas laborales dentro de la OCDE, con 2255 horas al año, superando a Costa Rica y Corea del Sur.
¿A qué refiero con un Prime Time moderno? que tiende a extenderse hasta la 1:00 o 2:00 de la mañana; especialmente diseñado para quienes tienden a trasnochar. Pero al referirnos de noticiarios, estos deberían ser programados en un horario al que todos puedan verlos. Después de ello, el entretenimiento es el que debe dominar el resto del horario nocturno. Y principalmente, enfocarse entre semana.
No es sano emitir un reality show en domingo por la noche; por los horarios laborales y escolares del día siguiente, y sobre todo, por los eventos que se pueden presentar —un evento deportivo, Breaking News, o un especial. Además, casi en ningún país emite un programa estelar ese día. Generalmente emiten plenamente eventos deportivos, películas de grandes productoras, e incluso, repeticiones de lo que se emitió en el Prime Time para quienes no tienen la oportunidad de trasnochar.
Otras tristezas que noto es que un programa, que podría ser meramente estelar, —que en el caso de México son Realites de gran presupuesto— esté programado en el canal secundario y tenga más audiencia que el canal principal en la misma franja horaria. También la ausencia de noticiarios en fin de semana; generalmente relegado a los canales de noticias. La ausencia de promociones al talento —sea musical, actoral o de cualquier talento diverso—; y la carencia de la crítica hacia una sociedad, relegado los canales culturales que pesan de dogmáticos.
Pero quizás el mayor problema de la programación mexicana es meramente el resultado de descuidar una programación. Telenovelas monocromáticas —que tienen el mismo inicio, desarrollo y final— en que no innovan en narrativas conformes a la realidad de este siglo, así como una preponderancia de producciones extranjeras —específicamente de Turquía y Brasil—; poca creatividad y competencia publicitaria, un abaratamiento de programas en contenido y en calidad. Prácticamente, el gran problema de la televisión mexicana es el conformismo, la soberbia, y el desinterés de su público.
Lo mismo aplica para los medios públicos. Quitar el estigma de que deben ser íntegramente cultos; que también poseen la capacidad de ser canales generalistas; de competir por audiencia con la televisión privada; como la BBC, la TVE, la KBS, la NHK. Nosotros con nuestros impuestos pagamos esos contenidos ¿Para que nadie los vea? ¿Para que nadie les exija?; como construir una carretera que nadie va a usar.
Sueño con algún día que haya noticiarios desde las 5:00 de la mañana, con noticiarios estelares a las 21:00 y en fines de semana. Con el cambio completo del Prime Time a uno que vaya más allá de la medianoche; donde el programa estelar se emitiera los viernes en la noche y los realities que están en los canales secundarios pasasen al primario. Donde las telenovelas turcas y brasileñas se emitieran por las tardes; y en las noches, las grandes producciones nacionales —con actores y productores mexicanos— que lleguen a comprarse en otros países.
Donde los canales principales en fines de semana emitieran además de fútbol, béisbol —nacional o de la MLB—, fútbol americano, baloncesto; e incluso, boxeo y lucha libre. Donde meramente se emitiera programación infantil y ya no series —por la competencia entre las OTT y la TV de Paga—; Pero sobre todo; que realmente la televisión mexicana salga de su zona de confort, que genere nuevos talentos, que recupere su lugar en el mundo; y principalmente, respete y comprenda a su público de hoy.