El presidente de ultraderecha brasileño entró a su quinto mes de mandato, entre una juventud que protesta masivamente entre las calles cariocas, paulistas y de otras 200 ciudades en el país.

¿Por qué? El recorte educativo de hasta 30 por ciento, en que culpa a las administraciones petistas de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff —como cualquier mandatario anti incumbent, anti gobierno anterior— y que las recaudaciones del estado brasileño son insuficientes para la inversión en educación pública.

Pero como mal gobernante autócrata que no acepta la crítica, en vez de calmar los ánimos entre el estudiantado universitario, que exige el aumento a la educación respondió con estas palabras desde su gira por Dallas, en Estados Unidos, en que se reuniría con George W. Bush.

Es natural (que protesten), pero la mayoría es militante (comunista) que no tiene nada en la cabeza, que no sabe responder cuánto es ‘7 por 8’ ni sabe la fórmula (química) del agua. No saben sobre nada. Son unos idiotas útiles, unos imbéciles, que son usados como masa de maniobra por una minoría aprovechada que compone el núcleo de muchas universidades federales de Brasil.

Jair Bolsonaro, 15 de mayo de 2019

Lo anterior era para dar a conocer el contexto al lector. Perdón Jair, pero ni los ataques verbales de Nicolás Maduro son tan hirientes como tus dichos dignos de un ser violento, y en que pretendes indultar a quien asesine delincuentes con la flexibilidad de armas que tú mismo firmaste ante los periodistas en el Palacio de Planalto.

Lo más grave es que no es entre tus iguales, ni siquiera contra los periodistas, de quienes tenemos la obligación de ser el contrapeso, sino a estudiantes universitarios que exigen una mejora en la educación; pero tu idiotez sólo le permite ver a un grupo de comunistas casados con la «basura marxista» que tú mismo arrementes contra ellos.

Pero dejando la educación a parte. ¿No se te hace algo imbécil vender una reserva natural para construir el Cancún no Brasil? ¿No se te hace una idiotez otorgarle el Amazonas a los latifundistas para la agroindustria? ¿No se te hace estúpido que tu ministro de Exterior diga que el cambio climático es» un dogma marxista«? y sobre todo ¿Ovalo de Carvalho, tu Steve Bannon personal, ya te dijo qué es la «lluvia dorada» por lo que lo criticaron en el Carnaval de Río?

Coloquialmente, la definición de «imbécil» es para una «persona con poca inteligencia». Una persona que critica ferozmente a estudiantes por el simple hecho en defender su derecho a la educación pública ya te hace en automático un imbécil, y basarte tus insultos en los resultados del Informe PISA de 2015 no son argumento suficiente para ello. Tengo una duda ¿Sabes qué ha pasado con Marielle Franco?

También te convierte en un imbécil solapar los dichos de tu ministra de Familia en que Frozen convierte a las niñas en lesbianas por Elsa, la misma que dijo que los deben ir vestidos los «niños de azúl y las niñas de rosa«; te convierte en un imbécil en admitir que el país que gobiernas «no puede ser conocido como un paraíso gay«, así como negar la diversidad sexual y querer «tapar el sol con un dedo» eliminando de los libros de texto los temas LGBT y el feminismo.

Te vuleve en un imbécil al defender el Holocuasto y decir que los nazis eran «izquierdistas»; también conmemorar como «día de gloria» el inicio de la dictadura en que asesinaron, encarcalaron y desaparecíeron opositores por «ser comunistas» o que «quebraban el orden institucional» como a los cantantes Caetano Veloso y Gilberto Gil bajo el lema de «Brasil, ámelo o déjelo», y sobre todo defender otras dictaduras de América Latina como la de Paraguay con Alfredo Stoessner y la de Chile con Pinochet.

Pero es aún más imbécil menospreciar a los indígenas y las descendencias de quilombos al grado de equipararlos y convencerlos de que «necesitan ser humanizados» para así vender el Amazonas, tras haber amenazado de fusionar los ministerios de Agricultura y de Medio Ambiente, y en medio de una crisis ambiental al que sólo nos queda una década, o menos, para evitar la catástrofe de nuestra especie; pero es usted tan imbécil que cree Brasil «no le debe nada» al medio ambiente y que el cambio climático «es una cosa que las activistas gritan«, algo que llegaste a amenazar con sacar al país del Acuerdo de París como otro imbécil que piensa similar, pero que gobierna uno de los países más poderosos del planeta.

Pero eso quiso el 55 por ciento de la población brasileña, que estaba cansada del Lava Jato, de la recesión económica, de la violencia que azota en las favelas y en las zonas del norte de Brasil; lamentablemente votaron por alguien que, como buen defensor del capitalismo neoliberal, llamaría a su empresa «Brasil Sociedad Anónima de Irresponsabilidad Ilimitada».

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