No solo del PSG ni de fichajes extraordinarios vive el hombre, en esta época siempre es bueno recordar aquellos equipos humildes que llegaron a ser los principales representantes de la ciudad y que posteriormente quedaron relegados a categorías inferiores o en el olvido ante el fulgurante ascenso de otras escuadras que ya sea a través de dinero, buen juego o de una combinación de ambos se han hecho con el título de ser el principal equipo de la ciudad.
París es una ciudad en la cual se pueden encontrar tres equipos principales: el Paris Saint Germain, del cual no hace falta decir nada más; el Paris FC, el cual se ha convertido en el segundo equipo de la ciudad y por último el Red Star FC, un club que ha pasado últimamente entre la Ligue 2 y el Championnat National, la tercera categoría del sistema de ligas de fútbol francés.
El Red Star es un equipo fundado en 1897 por Jules Rimet, el creador de la Copa Mundial de Fútbol, y Ernest Weber, en un principio el nombre elegido tenía que ver más con cuestiones empresariales y culturales que con cualquier identificación política. Originalmente el club tenía su sede como local en el Campo de Marte de París, además de utilizar los colores azul y blanco como los oficiales para su identidad.

En 1907 el equipo se trasladó a la localidad de Saint-Ouen-sur-Seine, cercana a París, en la cual ha permanecido durante varios años, además de varios traslados a otras plazas debido a problemas con los estadios que ha ido ocupando. La época más exitosa del club transcurrió durante la década de 1920, cuando el Red Star conquistó cuatro copas de Francia y tres campeonatos regionales de París. Estos logros permitieron que la escuadra participara en la Ligue 1 cuando se fundó en 1932, sin embargo, en la primera temporada descendieron a la Ligue 2 en la cual permanecerían únicamente un año para regresar a primera y convertirse en un equipo ascensor entre ambas categorías. Participando por última ocasión en la primera categoría durante la temporada 1974-1975. Se debe decir que durante el periodo de 1934-35 el equipo pasó a adoptar los colores verde, blanco y rojo que lo caracterizan hasta estos días.
La decadencia del Red Star comenzó a coincidir con el surgimiento del Paris FC y posteriormente el Paris Saint Germain, el primero fue fundado en 1969 y un año más tarde se fusionó con el Stade Saint-Germanois para dar surgimiento al PSG actúal, pero esa es otra historia que también debe ser mencionada a lo largo del artículo. Sin embargo, el equipo de la estrella roja continuó en su espacio convirtiéndose cada vez más en un vehículo de expresión política y social de aquellos sectores de la izquierda, quienes se identificaron de inmediato con el nombre y el símbolo del club, recordando que eran los tiempos en los cuales el socialismo y el comunismo se encontraban en su mayor esplendor, especialmente en Saint-Ouen, localidad que forma parte del llamado cinturón rojo de Paris, es decir, aquellas zonas suburbanas de clase trabajadora en las cuales los partidos comunista y socialista cuentan con un mayor número de apoyos electorales.
Se podría decir que el PSG surgió como un equipo pensado en convertirse en el gran club que la capital francesa necesitaba, por qué en ese tiempo se veía como algo increíble que la ciudad más importante de un país como Francia no tuviera un club que compitiera y dominara la liga nacional, algo que también sucede en Berlín, pero esa es otra historia. Por ello, mientras el PSG recibía toda la atención y el apoyo para hacer grande al fútbol parisino, el Red Star vagaba en las categorías inferiores, en las cuales se ha mantenido hasta el día de hoy.

Sin embargo, el hecho de dejar de ser el equipo representativo de la capital francesa, e incluso verse obligado a jugar en los suburbios, no hizo que el Red Star renunciara a sus aspiraciones de ser el auténtico equipo parisino, al contrario, estas se incrementaron al venderse al público como un club auténtico, con una verdadera base de aficionados y una identidad local que se ha mantenido ante la lluvia de millones del PSG y el Paris FC, quienes se han visto bendecidos por la llegada de las fortunas de los estados petroleros de la Península arábiga. Esto sin olvidar la raíz histórica del club, la cual ha contado con algunos futbolistas que se enfrentaron a los nazis como parte de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial.
Esta historia de resistencia y orgullo han hecho que este club sea una especie de versión francesa del FC St. Pauli, el club alemán que se ha convertido en el referente mundial de los clubes de fútbol con fuertes identidades políticas y sociales, en los partidos del Red Star celebrados en el Stade Bauer es habitual observar pancartas con mensajes de apoyo a movimientos sociales en otros países o dando la bienvenida a los refugiados al país, por lo que ha logrado además atraer a un sector de de aficionados más interesados en lo que pueden hacer por mejorar al mundo y a su entorno que por ver a un equipo triunfar y destacar en las canchas.

Sin embargo, el Red Star también se ha visto afectado por los caprichos del fútbol moderno, contrario a lo que muchos creen que sucede en Europa, entre 2015 y 2019 el equipo debió afrontar varios cambios de sede para poder formar parte de la Ligue 2, teniendo que jugar en el Stade Pierre Brisson de Beauvais, a 80 kilómetros de su localidad de origen, durante otro periodo en el Estadio Jean-Bouin de Paris y posteriormente volver a Beauvais, en donde perdería la categoría en 2019 y por lo tanto volvería a Saint-Ouen a partir de ese año. En donde permanece desde ese momento jugando en la tercera categoría del fútbol francés.
Y así es como un equipo humilde que se vio desplazado por la llegada de otros clubes más poderosos ha pasado a convertirse en un club referente para muchas personas, quienes siguen aspirando a que otro tipo de fútbol es posible, un deporte popular y más cercano a los aficionados de los barrios, quienes muchas veces han preferido seguir a un club humilde que voltear a ver a un equipo que se ha consolidado y hecho famoso a base de millones, pero perdiendo la esencia y la identidad, algo que sucede en París, Barcelona, Manchester, Londres, Madrid y en la mayor parte de las grandes ciudades del mundo.