Videojuegos, siempre se han considerado como una válvula de escape de la realidad, un mundo en el cual te puedes sumergir y vivir aventuras completamente distintas a tu vida real, ponerse en la piel de multitud de personajes o simular algunas situaciones reales. Pocas veces se piensa en los videojuegos como una forma de mostrar situaciones políticas más allá de los juegos de estrategia del tipo Age of Empires o Europa Universalis.

En este caso hablamos de algo totalmente distinto, Papers Please es un videojuego en el que debemos ponernos en la piel de un agente de aduanas que ha sido elegido por sorteo para ocupar un puesto en la aduana fronteriza de Arstotzka, un país ficticio inspirado en los estados comunistas de Europa Oriental. Tras llegar al primer día de labores, en concreto el 1 de diciembre de 1982, nos vemos obligados a decidir la entrada de los ciudadanos y viajeros que buscan llegar a nuestra nación. 
El juego inicia de forma sencilla, primero la entrada se restringe únicamente a los ciudadanos nativos de nuestro país, pero conforme va avanzando la historia (con un mes de duración) las cuestiones geopolíticas van influyendo en los requisitos que se deben cumplir para poder entrar en el país: pasaportes válidos, permisos de trabajo adecuados, permisos de entrada, certificados de vacunación y escaneos corporales para detectar cualquier anomalía. 

En la historia van apareciendo distintas problemáticas que bien podrían suceder el día de hoy: terrorismo, corrupción, crisis diplomáticas, discriminación por países, persecución del propio estado, complots revolucionarios o métodos de propaganda. Una trama que no sería extraña en el 2017. 

A veces la historia se puede complicar demasiado. FOTO: Papers Please

Conforme avanza la historia van apareciendo cada vez más problemas de tipo moral o personal: desde decidir si la familia del funcionario puede comer, tener calefacción o medicinas hasta permitir la entrada de una pareja perseguida en su país pero con los documentos incompletos, todo ello termina influyendo en la historia, el dinero termina pesando muchas veces.

Sin embargo, lo que hace más impredecible a este videojuego es que los acontecimientos pueden cambiar todo cada día, como lo define Diego Cuevas en Jot Down: «Papers, please llega mucho más allá de lo que parece, es una ácida sátira política donde los atentados terroristas hacen que cada día cambien por completo las normas de inmigración».

Países y sellos. El universo Papers, Please tiene toda una estructura. FOTO: Papers Please Wikia
De acuerdo a las decisiones que tomemos como jugadores podemos provocar un final de la historia distinto, de hecho existen 20 variantes disponibles que incluyen aspectos como: tener deudas, disparar a un solicitante pacífico, no pasar la auditoría hecha por los superiores, colaborar con la guerrilla, huir a otro país, o la opción final feliz, la cual no vamos a develar pero sí podemos decir que provoca la apertura de un «modo infinito».

Este juego cuenta con uno de los personajes más entrañables que han existido en los videojuegos, se trata de Jorji Costava, un traficante de poca monta que aparece en diversos días, pero que con su ayuda se puede abrir uno de los finales disponibles, su simpatía ha provocado ciertas reacciones en redes sociales, donde incluso han creado perfiles de Twitter con su nombre


Al final, Papers, Please retrata un mundo que puede parecer ficticio pero que tiene más elementos reales que llegan a niveles irreales conforme evoluciona la historia. Como lo cuenta Antonio Ortíz en su análisis sobre el videojuego en Xataka:

Esta evolución consigue hacer apasionantemente divertido el juego y también acabar el retrato ¿social, documental, distópico? en el que entramos de lleno cada vez que una cara se asoma a nuestro puesto y le decimos «papers please». Es el retrato del estado totalitario cuyos designos nos sitúan como una pieza más en el proceso kafkiano y no cómo su víctima, la del posicionamiento ético con el que nos interroga ¿y frivoliza? para redondear un señor juegazo con el que la escena indie ha vuelto a perforar la portería de la industria.

¿Acaso es el La La Land de los videojuegos? FOTO: iTunes

El videojuego apareció en el año 2013 para Windows, Mac y Linux, en ese año ganó premios a lo mejor del año en publicaciones tan importantes como The New Yorker, Wired o Forbes. A finales de 2014 apareció la versión adaptada para las iPad. Su acogida en el mundillo de los videojuegos ha sido tan importante que ya se vende productos relacionados como camisetas, libretas o pines.

La mente detrás de este juego se llama Lucas Pope, un desarrollador que ya contaba con experiencia previa en los videojuegos indie, sin embargo la mayoría de los detalles de su vida son desconocidos.

Lucas Pope, la mente detrás del juego. FOTO: Wikimedia Commons

Pope ya es reconocido por sus desarrollos relacionados con política, su primer juego The Republia Times se puede jugar en la web de manera gratuita, en él se retrata la vida de un periodista al mando de un diario en otra dictadura y de sus decisiones depende el futuro del país y de su propia vida.

Papers, Please es uno de los juegos estandarte de los nuevos desarrollos indie, que cuentan historias diferentes y que incluso han retomado algunos guiños a la época clásica de los videojuegos, entre ellos se pueden citar también a Limbo o al ya clásico Minecraft.

El juego se puede comprar en Steam en su versión para computadoras o en la AppStore si se quiere probar su versión para iPad.

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